El Trono del Jaguar Rojo: el misterioso símbolo de poder oculto en la pirámide de Kukulkán

 El Trono del Jaguar Rojo: el misterioso símbolo de poder oculto en la pirámide de Kukulkán

En el corazón de Chichén Itzá, una de las siete maravillas del mundo moderno, se esconde una de las piezas arqueológicas más enigmáticas y poderosas de la civilización maya: el Trono del Jaguar Rojo. Este trono, oculto en el interior de la pirámide de Kukulkán, representa no solo la autoridad del gobernante, sino también su conexión espiritual con los tres planos del universo: el cielo, la tierra y el inframundo.

Un hallazgo histórico en la arqueología mexicana

Descubierto en 1935 por arqueólogos del INAH y la UNAM, el Trono del Jaguar Rojo sorprendió al mundo. Esculpido en piedra caliza y decorado con incrustaciones de jade, concha marina y hematita, esta figura representa un jaguar en posición erguida, símbolo de poder, valentía y sabiduría. Junto al trono se halló un Chac Mool, figura ceremonial que refuerza su importancia ritual.

El jaguar: guardián espiritual de Chichén Itzá

Para los mayas, el jaguar era un animal sagrado, protector de los puntos cardinales y canal de transformación espiritual. Se creía que el gobernante, al sentarse en este trono, asumía la energía del “quinto jaguar”, convirtiéndose en un nahual entre el mundo terrenal y el divino.

Este trono no era solo un símbolo de poder político, sino un altar que canalizaba fuerzas cósmicas, utilizado en ceremonias de trascendencia espiritual.

El color rojo y su simbolismo ritual

El distintivo color rojo del trono proviene de pigmentos rituales como la hematita y el cinabrio, asociados al sacrificio y la transición al mundo espiritual. Se aplicaron durante una ceremonia en la que, simbólicamente, se “sacrificó” al jaguar como parte de un rito de sucesión del poder.

Intento de saqueo y rescate histórico

A finales del siglo XIX, el explorador estadounidense Edward H. Thompson intentó sacar el trono del país. Gracias a la intervención del arqueólogo Teoberto Maler, se evitó su exportación ilegal. Hoy, el Trono del Jaguar Rojo sigue siendo patrimonio nacional.

¿Se puede visitar actualmente?

Entre 1935 y 2006, los visitantes podían acceder a la cámara interior de la pirámide de Kukulkán mediante un túnel de 64 escalones. Sin embargo, el acceso fue cerrado para preservar las estructuras y frenar el deterioro causado por la humedad y el contacto humano.

Actualmente, solo puede admirarse mediante fotografías, documentales o investigaciones autorizadas. A pesar de ello, sigue siendo un testimonio del esplendor, la sabiduría y el legado espiritual de la cultura maya.