Trump impone arancel del 50% a Brasil en defensa de Bolsonaro y desata crisis diplomática con Lula

 Trump impone arancel del 50% a Brasil en defensa de Bolsonaro y desata crisis diplomática con Lula

Una nueva escalada geopolítica sacude el continente: Donald Trump anunció la imposición de un arancel del 50 % a las importaciones de Brasil, alegando violaciones a la libertad de expresión y persecución política contra el expresidente Jair Bolsonaro. La medida marca un punto de inflexión en las relaciones entre Washington y Brasilia y convierte los aranceles en instrumentos de presión política.

El anuncio se produjo tras una reacción de la Cancillería brasileña, que calificó como “intromisión indebida” una comunicación oficial de la embajada estadounidense en defensa de Bolsonaro. La respuesta de Trump transformó lo que inicialmente fue una amenaza del 10 %, dentro de su paquete global de tarifas, en un castigo comercial sin precedentes.

El Supremo Tribunal Federal de Brasil mantiene en curso un juicio contra Bolsonaro por su implicación en el intento de golpe del 8 de enero de 2023. Trump acusa a Brasil de censurar redes sociales estadounidenses y de “perseguir” a su aliado político, sin presentar pruebas sólidas. Paralelamente, ordenó una investigación comercial a través de la Oficina del Representante Comercial de EE.UU., basada en la Sección 301.

El presidente Lula da Silva reaccionó con firmeza. Convocó a su gabinete, invocó la Ley de Reciprocidad Económica y llamó a consultas a su embajadora en Washington. Lula negó categóricamente las acusaciones y recalcó que la justicia brasileña actúa con independencia.

El impacto económico es inmediato: sectores como el agro, el aluminio y la industria manufacturera podrían verse gravemente afectados. Pero el trasfondo es político. El arancel funciona como una sanción camuflada, una advertencia de Trump a gobiernos que no se alinean con su agenda.

Analistas advierten que esta ofensiva podría empujar a Brasil a reforzar sus lazos con potencias del Sur Global, como China e India, en plena expansión multipolar. De hecho, Lula ya ha profundizado su colaboración con Beijing y sostuvo un reciente encuentro bilateral con Narendra Modi tras la cumbre de los BRICS.

El conflicto también tiene implicaciones electorales. Lula enfrenta baja aprobación (52 % de desaprobación, según Atlas/Bloomberg), y podría usar este ataque externo para consolidar apoyo nacional. Casos similares ya beneficiaron a líderes como Mark Carney en Canadá o Claudia Sheinbaum en México.

Si Lula gana la reelección en 2026 y Trump continúa en el poder, América Latina podría experimentar uno de los periodos más tensos entre dos líderes antagónicos al frente de las mayores potencias del hemisferio. Un escenario inestable, con Trump desplegando una política exterior basada más en represalias ideológicas que en estrategias comerciales.

En resumen, la imposición del arancel del 50% representa una peligrosa deriva del unilateralismo estadounidense, que reconfigura el comercio internacional como campo de batalla ideológico. Una señal de alarma para todas las democracias del continente.