Brote de gusano barrenador en Nuevo León prende alertas en México y Estados Unidos

La confirmación de un brote de gusano barrenador en Nuevo León ha encendido las alarmas sanitarias en México y Estados Unidos. Autoridades del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) informaron que una vaca infectada fue ubicada en Sabinas Hidalgo, a menos de 112 kilómetros de la frontera, lo que representa el caso más cercano al territorio estadounidense desde que inició la crisis.
📍 El caso que preocupa a la industria ganadera
El animal infectado, una vaca de ocho meses trasladada desde el sur de México a un corral certificado, ha puesto en riesgo la actividad pecuaria de la región. El USDA calificó este episodio como la amenaza más seria para la ganadería estadounidense, ya que la zona conecta directamente a Monterrey con Laredo, Texas, un corredor estratégico para el comercio binacional.
Ante la situación, Estados Unidos mantuvo el cierre de la frontera a la importación de ganado, caballos y bisontes mexicanos, una medida que golpea de lleno a productores y exportadores. Además, la secretaria del USDA, Brooke L. Rollins, advirtió que el gobierno de Donald Trump “tomará medidas decisivas para proteger nuestras fronteras, incluso en ausencia de cooperación con México”.
🔬 Estrategias para controlar el brote
Desde junio de 2025, el USDA ha invertido más de 100 millones de dólares en programas de erradicación, que incluyen la dispersión de moscas estériles, la instalación de más de 8,000 trampas en Texas, Arizona y Nuevo México, y la capacitación de personal especializado.
Por su parte, SENASICA implementó un tablero digital para monitorear en tiempo real los casos en México, reforzando la cooperación técnica con Estados Unidos y organismos internacionales.
🦟 ¿Qué es el gusano barrenador?
El gusano barrenador del Nuevo Mundo (Cochliomyia hominivorax) no es un gusano, sino la larva de una mosca que deposita sus huevos en heridas abiertas de animales de sangre caliente, incluido el ser humano. Sus larvas consumen tejido vivo, lo que puede causar lesiones graves, infecciones, pérdida de peso y, en casos extremos, la muerte del animal.
Este parásito afecta principalmente a bovinos, pero también a otros mamíferos domésticos y silvestres. Por ello, el brote en Nuevo León no solo representa un riesgo sanitario, sino también una amenaza para la economía rural y el comercio agropecuario internacional.
Las autoridades exhortaron a los ganaderos fronterizos a revisar a sus animales en busca de heridas sospechosas y reportar cualquier indicio al veterinario oficial o directamente al USDA.