Este alimento puede beneficiar el hígado graso y ayudar a prevenir enfermedades hepáticas, según especialistas
La alimentación es un factor clave para prevenir y controlar diversas enfermedades hepáticas, especialmente la enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHNA), una afección caracterizada por la acumulación de grasa en las células del hígado en personas que consumen poco o nada de alcohol. Según la Clínica Mayo, esta condición se ha convertido en una de las más frecuentes a nivel mundial, particularmente en países con altas tasas de obesidad.
Aunque aún no se comprende totalmente por qué algunas personas desarrollan hígado graso y otras no, se han identificado factores de riesgo claros: sobrepeso, obesidad, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y niveles elevados de triglicéridos. En todos estos casos, el estilo de vida y, especialmente, la alimentación juegan un papel determinante.
Dentro de los alimentos que pueden contribuir a proteger el hígado, destaca un aliado inesperado: el café. De acuerdo con especialistas de la Clínica Digestiva Navarro, el consumo diario de esta bebida puede ayudar a reducir la progresión de enfermedades hepáticas, desde las etapas iniciales de fibrosis hasta fases más avanzadas como cirrosis y cáncer de hígado.
La fibrosis es la primera lesión relevante en el desarrollo de enfermedades hepáticas y consiste en la cicatrización interna del hígado. Un estudio publicado en 2020 en la revista New England Journal of Medicine sugiere que el café puede ralentizar este proceso, disminuyendo así el riesgo de que evolucione hacia daños más severos.
¿Cuánto café se recomienda?
Los especialistas sugieren consumir al menos dos tazas de café al día, aunque algunos estudios señalan que tres tazas podrían ofrecer beneficios adicionales. Esta recomendación se basa en evidencia científica que vincula el consumo habitual de café con una menor progresión de enfermedades hepáticas.
¿Qué tipo de café es mejor para el hígado?
- Café solo o negro: Es la forma más recomendada, ya que no aporta calorías adicionales y permite obtener la cantidad adecuada de cafeína.
- Con leche moderada: Puede consumirse, aunque la leche disminuye ligeramente la cantidad de cafeína y aumenta las calorías.
- Café expreso: Es válido por su alta concentración.
- Descafeinado: Podría ser menos beneficioso, ya que la mayoría de los estudios se han realizado con café regular.
Un apoyo, no una cura
Los especialistas insisten en que, si bien el café puede ayudar a prevenir el empeoramiento del hígado graso, no cura la enfermedad ni sustituye cambios esenciales en la alimentación y el estilo de vida. En casos de daño hepático avanzado, su consumo no modifica la evolución de la enfermedad, aunque tampoco la agrava.
El café, consumido de forma moderada y como parte de un estilo de vida saludable, puede ser un aliado accesible y científicamente respaldado para promover la salud del hígado y prevenir complicaciones futuras.