La guerra entre Israel e Irán se intensifica: sin una salida clara, el conflicto podría extenderse por semanas

El conflicto entre Israel e Irán ha entrado en una fase crítica. A diferencia de enfrentamientos anteriores, que solían limitarse a episodios breves, esta nueva escalada militar iniciada el viernes apunta a una confrontación prolongada. Ambos países han intensificado sus ataques y, hasta ahora, no muestran señales de buscar una salida negociada.
¿Qué busca Israel y por qué el conflicto no se detiene?
Israel ha dejado claro que su objetivo es eliminar el programa de enriquecimiento nuclear iraní, ya sea por medios militares o mediante una futura negociación. Sin embargo, Irán se mantiene firme en continuar con el enriquecimiento de uranio, proceso clave en la posible construcción de una bomba nuclear.
Aunque Israel ha atacado instalaciones como Natanz, no cuenta con armamento capaz de destruir el centro nuclear subterráneo de Fordow, ubicado bajo una montaña. Por eso, sus ataques se han enfocado en mandos militares, científicos nucleares e infraestructura energética, buscando presionar a Irán para que cese sus operaciones en ese sitio de forma voluntaria.
El papel clave de Donald Trump
Según analistas como Daniel B. Shapiro, exfuncionario del Pentágono, la duración de la guerra dependerá en gran parte de las decisiones del presidente Donald Trump. Aunque Estados Unidos posee la capacidad militar para intervenir y destruir Fordow, Trump parece optar por una vía diplomática, aprovechando los avances de Israel para presionar a Teherán a volver a la mesa de negociaciones.
Las declaraciones recientes del presidente estadounidense indican que su objetivo sigue siendo alcanzar un acuerdo nuclear sin intervención directa de EE.UU., aunque no se descarta una acción militar si Irán da un paso hacia la construcción activa de un arma nuclear.
Sin señales de rendición
Expertos en geopolítica, como Sanam Vakil y Yoel Guzansky, coinciden en que Irán no está dispuesto a rendirse ni a ceder ante la presión internacional en este momento. A pesar de los daños sufridos, el régimen iraní mantiene el control interno y aún posee importantes reservas de misiles balísticos.
Aunque Israel controla buena parte del espacio aéreo iraní, Teherán no ha dado indicios de colapso político o militar. Tampoco ha extendido sus ataques hacia fuerzas estadounidenses o aliados regionales, lo que ha evitado una mayor internacionalización del conflicto.
Conclusión: un conflicto sin final inmediato
El futuro del conflicto dependerá en gran medida de si Irán muestra flexibilidad en su programa nuclear y de si Trump considera que es momento de intervenir o negociar. Mientras tanto, el riesgo de un conflicto prolongado sigue creciendo, con implicaciones militares, políticas y económicas a nivel global.