Ruptura explosiva entre Trump y Elon Musk: Acusaciones, amenazas y caída en acciones de Tesla

 Ruptura explosiva entre Trump y Elon Musk: Acusaciones, amenazas y caída en acciones de Tesla

La relación entre Donald Trump y Elon Musk ha llegado a un punto crítico tras una serie de cruces públicos marcados por acusaciones, amenazas y consecuencias económicas. Lo que parecía una alianza política sólida se desmoronó el 5 de junio, cuando Musk publicó en X (antes Twitter) que el presidente estadounidense “está en los archivos de Jeffrey Epstein”, el polémico multimillonario relacionado con tráfico de menores.

La disputa se desató a raíz del rechazo de Musk al nuevo plan fiscal de Trump, al que calificó como una “abominación repugnante”. Este desacuerdo fue el catalizador para que ambos exaliados comenzaran una batalla abierta en redes sociales y medios de comunicación.

Por su parte, Trump respondió en su plataforma Truth Social con ataques personales, asegurando que Musk estaba “agotado” y que lo despidió de sus funciones como asesor. Además, el presidente amenazó con cancelar subsidios y contratos públicos a las empresas del magnate, incluyendo Tesla y SpaceX.

Musk, en respuesta, declaró que comenzaría a desmantelar el programa Dragon de SpaceX, en señal de protesta por las declaraciones de Trump. También acusó al presidente de traición, asegurando que “nunca vio el proyecto de ley” que ahora lo enfrenta con la Casa Blanca.

La ruptura tiene efectos más allá del plano político: las acciones de Tesla han registrado una caída significativa en Wall Street, mientras los inversionistas reaccionan con preocupación ante el conflicto.

El conflicto escaló incluso durante una reunión de Trump con el canciller alemán Friedrich Merz, donde el presidente expresó su “decepción” con Musk, pese a que este invirtió más de 250 millones de dólares en su campaña presidencial. En respuesta, Musk recordó que, sin su apoyo, “Trump habría perdido las elecciones”.

Este conflicto entre dos de las figuras más influyentes de Estados Unidos plantea interrogantes sobre el impacto de los enfrentamientos personales en la política económica del país. También refleja cómo las diferencias en torno a políticas industriales —como los recortes a la producción de vehículos eléctricos— pueden desencadenar rupturas públicas de alto perfil.